Uruguay vs Argentina: la guerra económica del Río de la Plata
Uruguay Vs Argentina; Israel Vs los mercados financieros; nuevas formas de salvar la seguridad social; horrores de consultoría
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Hace unas semanas murió Pepe Mújica, famoso político uruguayo que llegó a presidente de su país en 2010, y se hizo mundialmente famoso por convertirse en líder del progresismo latinoamericano, con la legalización de la marihuana, el aborto y el matrimonio homosexual.
Como corresponde, Mújica ha sido celebrado a su muerte – la tradición hispánica exige que todos los obituarios sean elogiosos – y frecuentemente descrito en los titulares como ejemplo de político honesto, lo que realmente parece haber sido. Es verdad que fue buen amigo y apoyo internacional de Hugo Chávez, el famoso psicópata ladrón y criminal que arrasó Venezuela y dejó pilas de muertos a su paso, pero ya saben lo que les acabo de decir sobre los obituarios. Y tampoco es que Chávez necesitara la ayuda de Pepe para hacer lo suyo.
Fundamentalmente, a la muerte de Mújica no merece mucho la pena detenerse en el personaje, de cierto impacto en uno de los países más irrelevantes del planeta, pero sí en las perspectivas actuales y futuras de su país. En muchos sentidos, Uruguay es el Portugal de Argentina, un país mucho más pequeño y menos romántico, con cultura insular y poco exportable, excelente en el fútbol si no tan efectivo como su hermano mayor, de relativo poco interés para el resto de la humanidad, sobre todo comparado con Argentina/España.
Sin embargo, hay una gran diferencia. Mientras que Portugal sigue siendo el país más pobre de Europa Occidental, como resultado de los desastres causados por el peronismo las últimas dos décadas han sido las primeras en la historia de la humanidad en las que Uruguay se ha convertido en un país más rico que Argentina. Observen esta gráfica mostrando la evolución reciente de la renta per cápita en ambos países:
Lo primero que se puede ver es que Uruguay ha logrado sobre todo mantener unos niveles de estabilidad económica a los que Argentina no ha podido aspirar. Néstor Kirchner fue un hombre con muchos defectos pero su muerte prematura en 2010 dejó el peronismo argentino en manos de su viuda Cristina, una de esas recientes líderes internacionales de extraordinaria incapacidad que han demostrado el éxito del feminismo en colocar en puestos prominentes a mujeres que son tan inútiles como cualquier hombre. E incluso más.
Podemos ver que el mandato de Pepe Mújica (2010-2015) tampoco fue para tirar cohetes en cuanto a prosperidad económica en Uruguay, pero al menos el país no se vino abajo. En este reciente análisis, Diego Sánchez de la Cruz escribe que Pepe Mújica no tuvo un gran impacto positivo, y que el crecimiento que se logró en sus tiempos tuvo efectos negativos en inflación y aumento de la deuda. Pero, claro, yo quiero comparar a Uruguay con Argentina: y la deuda gubernamental argentina está en el 155% del PIB, con una inflación que llegó a un pico anual del 200% el año pasado; lo de Uruguay (deuda del 54% del PIB con inflación que raramente llega a los dos dígitos) es, por comparación, Jauja.
Todo esto no tiene ningún sentido, honradamente. Argentina posee un tamaño, recursos naturales, niveles de educación, etc, que deberían hacer que su economía fuera inmensamente más próspera, pero de ese tema llevamos hablando décadas. Ahora mismo, el foco está en su nuevo presidente, Javier Milei, del que ya ha escrito con anterioridad:
Argentina Va Bien
Argentina superó a Colombia en la producción de petróleo al cierre de 2024, informa Bloomberg News. Esto puede parecer poca cosa, pero cualquier artículo que intente explicar la tragedia griega que ha sido la producción argentina de petróleo en las últimas décadas sería demasiado tragicómico para ser creíble.
Dado que Milei sigue aplicando medidas que, francamente, son bastante revolucionarias sobre todo en comparación con el marasmo anterior traído con el peronismo, merece la pena estar encima del tema. En este artículo de Nada es Gratis, Hernán Seoane presenta, para empezar, un panorama de un raro realismo sobre el desastre peronista con que se encontró Milei al llegar, algo que ha sido significativamente minusvalorado por los comentaristas que hablaban de su llegada a la presidencia como si Argentina fuera Noruega en una mala racha.
Permítanme informarles de que Argentina no es Noruega: la tasa de pobreza al comienzo del mandato Milei era del 40% y de la inflación, deuda y crecimiento económico ya hemos hablado; el estado argentino se infló al llenarse de redes clientelares peronistas hasta el punto de que su gasto estatal como porcentaje del PIB superó al de España, un país mucho más rico, situándose en el 40%, con los típicos ministerios de risa para emitir informes sobre los impactos de género del cambio climático entre la población LGBT de origen afrocaribeño. La receta económica del peronismo era (y sigue siendo) del desastre sistemático. Añade Seoane:
Estabilizar una economía con estas características es un desafío. La estructura de precios relativos estaba distorsionada por años de controles de precios y tipo de cambio. El programa requirió una devaluación inicial y un salto inflacionario para reducir las distorsiones… Si bien los precios de distintos bienes aumentaron, se destaca la aceleración de precios regulados (transporte, energía, etc.) que habían estado controlados por los gobiernos anteriores (y seguirían parcialmente regulados hasta ahora).
Otro efecto del aumento inflacionario inicial fue la reducción del tamaño del Estado, a través del congelamiento temporal del gasto público, pensiones e inversión pública. Esto permitió realizar un ajuste fiscal que hasta entonces se consideraba imposible, tanto por su magnitud como por su oportunidad. De hecho, este programa se basa en un ancla novedosa para Argentina: el ancla fiscal… El impacto inicial sobre el déficit soberano fue notable. El déficit primario estabilizado en torno al 3 o 4% se convirtió en superávit de más de 1% en tan solo un trimestre y se llegó a equilibrio financiero en el mismo lapso.
Desde el lado monetario, el gobierno implementó el Programa de Emisión Cero, eliminando el financiamiento monetario del déficit fiscal. Para ello, intervino el balance del Banco Central, transfiriendo pasivos (LEFIs y LECAPs) al Tesoro, de modo que las operaciones monetarias no afectaran el déficit cuasi-fiscal. Esto le otorgó al Banco Central mayor capacidad para aplicar políticas convencionales.
La estabilización y la disciplina fiscal están reduciendo los spreads soberanos, un tercer elemento clave para la consolidación. En noviembre de 2023, el spread era de 2400 puntos básicos; en mayo de 2025 es de 650. El país está cerca de recuperar el acceso a los mercados financieros privados. Si esta tendencia continúa, la economía podría entrar en un círculo virtuoso, donde menores spreads reducen el costo de refinanciar deuda, y los superávits primario y financiero amplían el espacio fiscal sin generar expectativas de financiamiento inflacionario futuro.
Ahí he de añadir una nota de cautela. Está muy bien tener acceso a los mercados internacionales de deuda. Lo que está aún mejor es no tener que usarlos. Me emociona más que la pobreza esté bajando rápidamente, y haya caído a una tasa del 35,4, la más baja desde 2019.
Israel Vs Irán
Permítanme que me repita:
Israel, un país que tiene fama de ser nación tecnológica con un alto nivel educativo, no es increíblemente más rico que España, uno de los países desarrollados con peor evolución económica en lo que va de siglo: su renta per cápita es apenas un 50% mayor que la española, y está muy por debajo de la de países con población similar de la Unión Europea como Holanda y Dinamarca.
Esto se debe en gran medida a la pertinaz violencia que agita Palestina, y a las facilidades para que muchos jóvenes emprendedores emigren de Israel a países con mayores oportunidades de todo tipo, desde Australia (donde coincidí con muchos) hasta EEUU, donde el joven emigrante israelí que se hace tan famoso que acaba de estrella en una serie de Netflix o AppleTV es ya casi un tópico. Oigan, que hay canciones de Youtube al respecto.
A todo esto hay que sumar el pequeño tamaño de Israel, lo que hace que su economía no tenga un gran peso a nivel internacional. Israel es un gigante económico y financiero, sí, por comparación con las patéticas economías vecinas de Egipto, Jordania y Siria, del todo irrelevantes en los mercados internacionales; pero su producto interior bruto es menor que el de Tailandia, para que se hagan una idea. Los mercados internacionales no tiemblan cuando hay una crisis política en Tailandia; y las hay continuamente.
En resumen, éste es el motivo por el que las movidas de Oriente Medio no impactan los mercados internacionales. En el peor de los casos, si por ejemplo el conflicto se extiende a Irán, hablamos de un país básicamente al margen de los mercados, con un PIB que es menor al israelí pese a tener una población casi diez veces mayor.
Por qué los mercados reaccionan poco a las movidas de Oriente Medio
Israel, un país que tiene fama de ser nación tecnológica con un alto nivel educativo, no es increíblemente más rico que España, uno de los países desarrollados con peor evolución económica en lo que va de siglo: su renta per cápita es apenas un 50% mayor que la española, y está muy por debajo de la de países con población similar de la Unión Europea com…
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