Por qué sube todo al mismo tiempo
Momento de exuberancia en los mercados; el momento del eco-terrorismo está por llegar; momento de reflexión para los economistas
Lo normal en los mercados financieros es que no suba todo al mismo tiempo. Como regla general, los mercados suelen tener periodos de codicia, en los que la gente invierte en activos arriesgados de mayor rentabilidad, y periodos de miedo en los que se prefieren activos más seguros.
En los periodos de codicia, la preferencia suele ser por acciones de compañías tecnológicas de gran crecimiento como las que cotizan en el Nasdaq, divisas de países emergentes, complejos productos financieros que multiplican las ganancias cuando la bolsa tira hacia arriba. En tiempos de miedo, la preferencia es por monedas seguras como el yen japonés, invertir en valores que nunca se pasan de moda como el oro, aparcar dinero en bonos del estado de países con máxima calificación crediticia, triple AAA.
Lo que no ocurre casi nunca es que todo suba, más o menos, al mismo tiempo, y eso es lo que ha estado ocurriendo en este primer trimestre del año. Como señala Bloomberg News, en particular son los máximos históricos simultáneos de Bitcoin y el oro los que están enviando mensajes contradictorios sobre el apetito por el riesgo en los mercados globales (las traducciones son mías):
Los picos gemelos de la criptomoneda y el metal precioso marcan los primeros récords simultáneos para ambos desde que Bitcoin emergió de las sombras hace más de una década. Sin embargo, se suele pensar que los factores que mueven cada activo son marcadamente diferentes: el oro ha actuado como un refugio de valor durante milenios, mientras que cualquier papel de Bitcoin más allá de la pura especulación es objeto de acalorados debates.
Bitcoin ha subido casi un 50% este año, ayudado por las entradas en fondos cotizados en bolsa estadounidenses recientemente creados que poseen directamente la moneda digital. Sin embargo, el aumento del oro podría interpretarse como una indicación de un posicionamiento defensivo ante las preocupaciones sobre los peligros de la tensión geopolítica o un posible retroceso de las acciones mundiales tras una racha sin precedentes.
Una forma de cuadrar el círculo es considerar el comportamiento de los operadores que persiguen el impulso a corto plazo en todas las clases de activos, según Chris Weston, jefe de investigación de Pepperstone Group Ltd.
"El oro se ha negociado enormemente de la noche a la mañana, los volúmenes son enormes; he recibido muchas llamadas de clientes preguntando qué está pasando", dijo. Los inversores en dinero rápido "están aprovechando el impulso y eso es lo que estamos viendo también en Bitcoin".
Tanto el Bitcoin como el oro son vistos como beneficiarios de las expectativas de una política monetaria más flexible. Los mercados de swaps muestran una probabilidad del 62% de que la Reserva Federal recorte las tasas de interés en junio, en comparación con el 58% a fines de febrero.
"La historia de las criptomonedas puede estar relacionada con lo que está sucediendo en los mercados de valores y la toma de riesgos más amplia", dijo Kyle Rodda, analista senior de mercado de Capital.Com Inc. "Estamos viendo un resurgimiento de las monedas meme que sugiere riesgos irracionales y comportamiento de toma de decisiones, lo cual es consistente con lo que está sucediendo en algunas partes del mercado de valores”.
El Wall Street Journal, mientras, atribuye la subida del Bitcoin a una razón engañosamente simple: la oferta y la demanda:
Al igual que el precio de cualquier materia prima (ya sea oro, petróleo o soja), el precio del Bitcoin es sensible a las fluctuaciones de la demanda. Y la demanda de Bitcoin aumentó después del lanzamiento en enero de los fondos cotizados en bolsa de Estados Unidos, conocidos como ETF de Bitcoin "al contado", que contienen directamente unidades de la moneda digital. Desde entonces, los inversores han invertido miles de millones de dólares en estos ETF. Esas entradas llevaron a los fondos a comprar Bitcoins para satisfacer la demanda, lo que hizo subir el precio.
Lo que diferencia al bitcoin de casi cualquier otro producto básico es su oferta fuertemente limitada, una dinámica que puede provocar fuertes aumentos de precios.
El código informático que sustenta Bitcoin impone un límite estricto de 21 millones de monedas. Más del 90% de ellos ya han sido creados. Para ampliar la oferta, las computadoras que procesan números ejecutan algoritmos para "extraer" nuevas monedas. Pero sólo pueden producir unos 900 nuevos Bitcoins por día, una tasa que se espera que caiga el próximo mes después de un evento periódico llamado reducción a la mitad. El suministro de bitcoins eventualmente dejará de crecer cuando se extraiga la moneda final, alrededor del año 2140.
No hay garantía de que Bitcoin siga subiendo. Sus altos precios actuales podrían alentar a los poseedores a vender sus monedas y obtener ganancias. A los mercados alcistas anteriores de Bitcoin les siguieron caídas devastadoras: después de su último pico en noviembre de 2021, Bitcoin cayó más del 70% durante el año siguiente.
Los escépticos (incluidos funcionarios gubernamentales y ejecutivos de Wall Street que se han mantenido al margen del repunte) todavía descartan al bitcoin como un activo especulativo sin valor intrínseco.
En la jerga económica, la oferta de Bitcoin es muy inelástica, lo que significa que no responde a los movimientos de precios. Los productos básicos que tienen esta propiedad son propensos a sufrir estallidos de volatilidad de precios. Los productores de gas natural, por ejemplo, no pueden bombear mucho más gas en el corto plazo para aprovechar los altos precios.
Sin embargo, a largo plazo, los altos precios sostenidos del gas natural motivan a los perforadores a descubrir nuevas fuentes de combustible. De manera similar, cuando los precios del oro se elevan durante períodos prolongados, los mineros de oro pueden emprender nuevos proyectos mineros costosos, buscando el metal precioso en lugares cada vez más exóticos.
Bitcoin no funciona de esa manera. Las reglas incorporadas en el código de Bitcoin especifican la tasa a la que los mineros pueden introducir nuevas monedas en el mercado, una tasa que periódicamente se reduce a la mitad. En el pasado, el precio de Bitcoin ha subido antes de tales reducciones a la mitad, ya que los inversores en criptomonedas anticipan una oferta más ajustada. Y la idea de que bitcoin debería tener un suministro máximo fijo proviene de Satoshi Nakamoto, el creador anónimo de Bitcoin, quien escribió que tal diseño mantendría a bitcoin libre de inflación.
Esto hace que bitcoin sea sensible a los aumentos de la demanda, y los nuevos ETF han estado devorando Bitcoins desde su lanzamiento el 11 de enero. Ahora mismo, el 5% del suministro total mundial de bitcoin estaba en manos de ETF u otros fondos de inversión a nivel mundial, frente al 4,4% del 11 de enero, cuando los nuevos ETF estadounidenses comenzaron a cotizar, según estimaciones de la firma de investigación de inversiones ByteTree.
Al final, el Bitcoin, como moneda, es un poco basurilla, pero es una excelente forma de proteger ahorros contra la inflación. Y lo mismo ocurre con el oro. Este tipo de memes circulando por el Twitter financiero dan una pista sobre lo que está ocurriendo:
A medida que los bancos centrales dejan entrever una mayor tolerancia con la inflación (hay elecciones presidenciales en EEUU este año, así que hay bajar los tipos ayer), los activos que protegen contra la inflación, como el Bitcoin y el oro, resultan más atractivos. Pero hay algo más.
Está claro que los mercados están en una época curiosamente centrada en la codicia y en el juego con los tipos de interés. A nadie le importa que el presidente francés esté dispuesto a empezar la Tercera Guerra Mundial cualquier día de éstos, enviando tropas de su país a luchar contra los rusos en cuanto se empiecen a acercar a Kiev y Odessa (es decir, a este paso, pronto), una noticia que ha pasado desapercibida para la autista prensa occidental. Si algo he aprendido en unas décadas de vigilar los mercados, es que llegará el momento en que todos se empiecen a preocupar, y lo harán todos de golpe y con mucho ruido.
DEL ARCHIVO:
Eco-terrorismo
Cualquiera que haya visto la película Doce Monos sabe que vamos a acabar así, un día u otro. Y, si uno se fija bien entre los saltos en el tiempo que hace el pobre Bruce Willis, se puede observar que, ya antes del eco-genocidio, hay varios grupos y grupúsculos que se lanzan a destruir lo que consideran destructivas obras humanas. Obviamente, hay pocas obras humanas que causen un mayor impacto al medio ambiente que las fábricas, como ha descubierto Tesla cuando uno de estos grupos de niños pijos estilo Brad Pitt saboteó su planta en Alemania.
Alemania es el epicentro de este eco-terrorismo, pero no es el único lugar donde existe. De hecho, todo esto se financia casi exclusivamente desde EEUU, a través de grandes fundaciones de multimillonarios que en vida eran más fachas que Hitler, que han ido cayendo en manos de herederos que son radicales medioambientales podridos de dinero (es decir, el personaje de Brad Pitt en la película). Como escribí hace dos años, buscando explicar cómo se financia la gente que te bloquea las carreteras:
Cuando uno echa un vistazo en profundidad a la ONG en cuestión (Extinction Rebellion), la verdad es que buena pinta no tiene: para empezar, no hablamos de una ONG de barrio, sino de lo que viene a ser un fondo de activismo radical financiado por millonarios estadounidenses y británicos. Un artículo de 2019 del New York Times fue el primero en llamar la atención sobre cómo la mayor parte de la financiación de ER proviene de “los vástagos de algunas de las familias más famosas de Estados Unidos, incluidos los Kennedy y los Gettys".
Con ello, el Times se refería directamente a Rory Kennedy (hija del ex senador estadounidense Robert F. Kennedy, famoso por haber matado a su amante-secretaria en el río Chappaquiddick, un escándalo sin consecuencias legales muy bien retratado en esta película) y Aileen Getty (nieta del ex empresario petrolero estadounidense Jean Paul Getty), quienes iniciaron el Fondo de Emergencia Climática que ha donado cientos de miles de dólares a ER. La fundación de Getty incluso promociona su apoyo a ER.
Según Buzzfeed, ER fue iniciada por dos ciudadanos británicos y el perfil del grupo muestra que sus frecuentes amenazas de violencia provienen de una estrategia calculada
Y en el Reino Unido, Extinction Rebellion recibe el apoyo del gestor de fondos de cobertura Sir Chris Hohn, recientemente llegado a España agitar el IBEX-35. A principios de este año, The Guardian informó de que Hohn "se pagó a sí mismo casi un millón de libras al día el año pasado" y está usando su riqueza para apoyar al grupo; preguntado al respecto, explicó: "La humanidad está destruyendo agresivamente el mundo con el cambio climático y hay una necesidad urgente de que todos lo entendamos.”
Hohn también es el fundador de la Fundación del Fondo de Inversión para Niños, que gasta mucho en activismo climático, incluyendo su intento de convencer a Cellnex para unirse al movimiento. Extinction Rebellion apoya explícitamente el eco-terrorismo, y fue co-fundado por Roger Hallam, un tipo que está majareta, como demuestran sus escritos propios de adolescente que ha fumado demasiados porros.
Cuando le explico esto a gente en persona, siempre me responden que no tiene ningún sentido que tipos que están podridos de dinero se lo gasten en esa clase de activismo con ideales de extrema izquierda. Y yo les indico que pueden leer la página de Wikipedia que te dice que son los “luxury beliefs” o, mejor aún, mi reciente entrevista con Rob Henderson, la persona que creó la expresión, para entender todo esto (tanto la entrada de Wiki como mi entrevista con Rob están en inglés, pero os dejo una breve traducción de un extracto, por majos):
"Los luxury beliefs son ideas y opiniones que confieren estatus a la clase alta, al tiempo que infligen costos a las clases bajas", explicó Henderson. "En el pasado, la gente señalaba su pertenencia a la élite gastando en su tiempo libre, desperdiciando dinero en bienes y placer. A medida que las clases medias han ganado más acceso a bienes y servicios, y pueden usar muchos de los mismos productos que usa la élite, la competencia se ha trasladado a la esfera ideológica. Se trata de poder permitirse un conjunto de creencias que tienen un coste real, a menos que pertenezcas a la élite”.
Yo entiendo que todo esto suena raro, pero es la realidad, y es una realidad que todos los inversores deberían entender, porque Tesla no será la única víctima del eco-terrorismo que ve una caída del 10% en sus acciones y una retirada de fondos porque ahora tiene un plus de peligrosidad, al estar en el punto de mira de estos pirados, que antes no tenía. Vean Doce Monos. Estudien el impacto de los luxury beliefs. Si no, no van a entender lo que se viene.
Los economistas necesitan despabilar
El Premio Nobel de Economía 2015 tiene remordimientos:
La economía ha logrado mucho; existen grandes conjuntos de interpretaciones teóricas a menudo no obvias y de evidencia empírica cuidadosa y a veces convincente. La profesión sabe y entiende muchas cosas. Sin embargo, hay cierta confusión aquí. No pudimos predecir colectivamente la gran crisis financiera (de 2008) y, peor aún, es posible que hayamos contribuido a ella a través de una creencia demasiado entusiasta en la eficacia de los mercados, especialmente los mercados financieros cuya estructura e implicaciones entendíamos menos bien de lo que pensábamos.
Como la mayoría de la gente de mi edad, durante mucho tiempo consideré a los sindicatos como una molestia que interfería con la eficiencia económica (y a menudo personal) y agradecí su lenta desaparición. Pero hoy las grandes corporaciones tienen demasiado poder sobre las condiciones laborales, los salarios y las decisiones en Washington, donde los sindicatos actualmente tienen poca voz en comparación con los lobbystas corporativos.
Los sindicatos antaño lograron impulsar los salarios de sus miembros y no miembros, fueron una parte importante del capital social en muchos lugares y llevaron poder político a los trabajadores en el lugar de trabajo y en los gobiernos locales, estatales y federales. Su declive está contribuyendo a la caída de la participación salarial, a la creciente brecha entre ejecutivos y trabajadores, a la destrucción de comunidades y al aumento del populismo.
Es un buen artículo, que pueden leer en inglés aquí.