Aquí estoy con el gorrito de papel de plata. Pero muy poco de lo que les voy a contar es realmente secreto, o incluso controvertido, aunque probablemente no lo hayan oído nunca antes. Es solo que son temas que se suelen discutir en círculos más cerrados que una newsletter.
La conferencia anual (secreta) de Bilderberg fue lanzada en la década de 1950 por el pseudo-espía polaco Józef Retinger, exiliado por el nazismo y el comunismo en 1939 y desde entonces aficionado a cualquier montaje que pudiera aspirar a recuperar la independencia de su país.
Habiendo sido jefe de gabinete del gobierno polaco en Londres durante la Segunda Guerra Mundial, el objetivo de Retinger con lo de Bilderberg fue proporcionar a personas importantes de la OTAN y países no comunistas similares unos días al año para reunirse y hablar sobre temas de interés lejos del oído de la prensa, siempre sospechosa de ser prosoviética y/o directamente infiltrada por el KGB. Muchos de estos temas son financieros, y el conocimiento exclusivo de éstos ayuda a hacerse rico, y otros son políticos.
El asistente tipo de Bilderberg era un señor mayor de centroderecha que soñaba con una restauración borbónica en España bajo régimen parlamentario, al que se le subía la bilirrubina viendo películas de Ava Gardner. Henry Kissinger asistió al menos 17 veces al foro entre 1957 y 2022. Luego se abrió un poco la manga, y estadistas de centro izquierda anticomunistas pro-OTAN como el líder socialdemócrata alemán Helmut Schmidt, la versión teutónica de Felipe González, también asistieron.
La realeza europea, que siempre da un je ne sais quoi a estas reuniones, hace tiempo que es también bienvenida. Varios académicos están invitados a discutir sus áreas de especialización. Se invita a algunos periodistas, a menudo asociados con The Economist, a parlotear pero no reportar sobre lo oído. Bilderberg se ha relajado un poco en los últimos años, pero sigue siendo muy reservado y exclusivo. Discreto. Europeo. Piensen en prostitutas de lujo, brandy, discusiones sobre Wagner. Lamentos sobre la masificación de las estaciones alpinas de esquí. Miradas confusas si confiesas que nunca has estado en Cape Cod.
EEUU tiene sus versiones de esto, mucho más locas y misteriosas. Bohemian Grove en California, por ejemplo, es un lugar ultrasecreto y exclusivo, cerrado a visitantes no invitados, donde se reúnen anualmente importantes personas ricas y políticos para discutir sus temas, ya saben, golf, la bolsa, etc. Los miembros de este club incluyeron a los presidentes estadounidenses Richard Milhouse Nixon y Ronald Reagan, además del famoso empresario de medios Randolph Hearst, el Rupert Murdoch de su época. Y Kissinger, claro, que se apunta a un bombardeo.
Apropiadamente, en Bohemian Grove celebras rituales raritos, incluyendo la quema de efigies, imitando antiguos sacrificios humanos. Hay visitantes famosos que han muerto en curiosas circunstancias relacionadas con el chiringuito, notablemente el juez del Tribunal Supremo Antonin Scalia, en 2016.
El pobre hombre estaba, de viaje de cacería, en la logia de una sociedad secreta con vínculos con Bohemian Grove y (a través de ellos) con los Illuminati de Baviera: la Orden Internacional de San Huberto. Este grupito fue fundado en 1605, sus miembros visten túnicas verdes y su líder actual es el "Gran Maestre Alteza Imperial Archiduque Istvan von Habsburg-Lothringen". La sucursal estadounidense de St. Hubertus se fundó en Bohemian Grove, ya saben, para hablar de golf, la bolsa, etc.
Junto a estos, tenemos multitud de grupos discretos y no tan discretos, nacionales e internacionales, desde la Comisión Trilateral, el Consejo de Relaciones Exteriores y el Club de Roma, hasta grupos más oscuros como Los Gracques en Francia, el chiringuito del que saltó hacia la fama el presidente francés Emmanuel Macron (vía también su participación en Bilderberg 2014).
¿Y Davos? Lo de Davos es más curioso, pero también menos misterioso. La idea de esa conferencia surgió del profesor alemán de economía Klaus Schwab, asistente a Bilderberg. Su modelo de negocios era fundar el anti-Bilderberg, una conferencia anual en Davos durante la temporada de esquí en los Alpes suizos que, en lugar de mística y secretismo, buscaría la máxima publicidad.
En lugar de negar, como los de Bilderberg, que sus miembros gobiernan el mundo, el modelo Davos es sugerir abiertamente que sus participantes, por supuesto, gobiernan el mundo. Que Schwab tenga pinta, y acento, de supervillano de una película de James Bond es muy bueno para su marca.
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