¿Merece la pena quemar un país para frenar una reforma de las pensiones?
Es una pregunta que se hacen en Francia, y que pronto podría surgir en España
El presidente francés, Emmanuel Macron, afronta las mayores protestas populares en un país europeo en muchos años. Y todo por su empeño en reformar un sistema de pensiones que, como todos los del mundo desarrollado, no puede seguir funcionando sin ajustes significativos.
Lo más curioso del tema es que muchos expertos piensan que no está claro que la reforma planteada por Macron vaya a tener un gran impacto positivo. Si miramos las cifras de la seguridad social francesa, vemos que, por cada jubilado en Francia, hay 1,7 personas en la fuerza laboral. En 1970 la proporción era de uno por cada cuatro. Para 2100, se proyecta que el número sea de uno por uno, es decir, poco más que el ratio que España tendrá entonces, lo que es un desastre sin ambages.
Aparentemente en respuesta a esta inminente crisis, el 16 de marzo el presidente Emmanuel Macron presentó un plan de reforma de pensiones que eleva la edad básica de jubilación de 62 a 64 años (bien por debajo del nivel español). Las consecuencias han sido dramáticas: millones de manifestantes de todas las edades y sindicatos, incendios de contenedores de basura en las calles de París, carreteras bloqueadas y violencia policial del tipo Procés Catalán X10 durante las protestas, como es habitual en Francia por cualquier motivo.
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Finanzas Políticas para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.