La increíble habilidad de Boeing para sisar al gobierno estadounidense
Boeing sabe lo que no hace; estamos en la era de los trabajos precarios; los rescates bancarios que nos dejan a todos con el agua al cuello
Boeing presentó resultados hace unos días, que fueron un poco ni fu ni fa. Las acciones han bajado un 30% en lo que va de año y la compañía está en el foco de diversas investigaciones por su increíble capacidad para matar o lesionar a los pasajeros que vuelan en sus aviones, y para fabricar aparatos que se caen a cachos con facilidad.
Cualquiera que esté tentado de pensar que igual la acción de Boeing podría rebotar debería leer este reporte en Barron’s, la revista del grupo de Dow Jones, en el que varios analistas que cubren la empresa expresan su, ejem, insatisfacción:
"Si ha habido algo que ha sido constante en Boeing a lo largo de nuestros muchos años de cobertura de la compañía han sido sus calendarios de mejora irremediablemente optimistas", escribió el analista de Vertical Research Partners Rob Stallard. "Creemos que este será nuevamente el caso con lo que se ha establecido hoy, con los gestores aparentemente indiferentes ante las presiones regulatorias, políticas, legales, contractuales, de clientes, competitivas, de la cadena de suministro y de empleados que afronta".
Stallard espera que un nuevo equipo directivo establezca expectativas más realistas para los inversores. En marzo, el actual director ejecutivo, Dave Calhoun, anunció que dimitiría a finales de año, sin nombrar un sucesor.
Posiblemente a finales de mayo habrá veredicto sobre la investigación de Boeing por el 737 Max, el avión que insiste en estrellarse porque Boeing le metió software de andar por casa en lugar de corregir un defecto estructural, que habría salido caro. Tiene sentido esperar a ver a quién le cae el muerto y cuántos cientos de millones en bonus habrá que ofrecerle para que se digne a aceptar el trabajo.
Sí, lo de Boeing no tiene buena pinta. Todo el mundo les aborrece; y ni siquiera hemos hablado de la muerte en circunstancias sospechosas de un ex empleado de Boeing que estaba denunciando las muchas burradas que ha hecho la compañía en las últimas décadas. Buf. Pero soy una persona optimista, así que permítanme que les presente lo que en inglés se llama el “bull case” (la versión vaso medio lleno) sobre una compañía que, si ha demostrado algo, es su enorme habilidad para sisar al gobierno estadounidense.
Como explica la newsletter SpyTalk, especializada en temas de espionaje, Boeing tiene miles de millones de dólares en contratos de seguridad nacional, incluidos sistemas de inteligencia, con el Gobierno federal de EEUU, incluyendo uno de risa para proteger la frontera con México con sistemas de alta tecnología oye no más cabrón:
El fracaso colosal de Boeing a la hora de construir un sistema de vigilancia confiable a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, que al final costó a los contribuyentes al menos mil millones de dólares, fue muy comentado en su día, pero parece haber sido olvidado, incluso en medio del acalorado estancamiento en inmigración en el Capitolio.
La triste saga del proyecto de la “valla virtual” (una red de alta tecnología de cámaras, iluminación, sensores y tecnología diseñada para interceptar cruces fronterizos ilegales) comenzó en 2005, cuando el Departamento de Seguridad Nacional invitó a Boeing a construirla como un proyecto clave para su Iniciativa Frontera Segura, “un nuevo sistema integrado de personal, infraestructura, tecnología y respuesta rápida para asegurar las fronteras terrestres norte y sur de los Estados Unidos”.
Para resumir, el sistema tuvo problemas casi desde el principio. En 2008, investigadores de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental se dirigieron a la frontera y salieron profundamente decepcionados.
“Cuando la GAO visitó en junio el sitio del Proyecto 28, una franja de tierra de 28 millas en la que la patrulla fronteriza está utilizando un prototipo de SBInet, el sistema apenas funcionaba, dijo Richard Stana, director de seguridad nacional y justicia de la GAO”, dijo a CBS News. "Nos llevó 45 minutos poner el sistema en funcionamiento", afirmó.
Además, como informó CBS News, los radares estaban desviados, el alcance de las cámaras fue limitado y la capacidad de clasificar elementos bajo vigilancia fue limitada. Stana dijo que el prototipo "no cumplió con las expectativas", pero que era difícil responsabilizar a los contratistas porque las expectativas establecidas estaban "formuladas de manera vaga".
Nadie jamás ha rendido cuentas. Boeing sigue sobornando financiando las campañas de congresistas, así que pa qué. En 2011, la administración Obama cortó el enchufe de ese programa fronterizo en particular. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, dijo que “había llegado a la conclusión de que el concepto original del proyecto, de desarrollar una tecnología única que pudiera usarse en toda la frontera, no era viable”, según explicó el New York Times.
Por resumir, Boeing era una excelente compañía de ingeniería de alto nivel que ha evolucionado hacia la optimización de la extracción de rentas procedentes del manirroto gobierno federal. Esto no es fracaso, es puro darwinismo: lo que los inversores quieren es más ganancias, y las mayores ganancias están en quedarse con contratos del gobierno a los que puedes sacar más y más dinero dando menos y menos. Es como los pingüinos de la Antártida: sus antepasados eran pájaros majestuosos que volaron miles de kilómetros hasta el Sur, y allí se encontraron con que dejar de volar y convertirse en un ridículo ser que anda como un borracho que se acaba de mear en los pantalones es la perfecta adaptación evolutiva para sobrevivir, en esas condiciones específicas.
Boeing es un ridículo ser que anda como un borracho que se acaba de mear en los pantalones, y a mucha honra oigan. Durante décadas compitió con el fabricante rival McDonnell Douglas, y luego lo compró. Ahora tiene el monopolio efectivo de los contratos para cazas de combate, sistemas de defensas antimisiles y muchos otros equipos y sistemas informáticos militares de EEUU. Por ejemplo, es Boeing quien fabrica los misiles planeadores GLSDB que, según se acaba de descubrir, son detectados y desviados por contramedidas electrónicas rusas:
Otros sistemas de armas no sólo vuelan más rápido y pasan menos tiempo bajo la influencia de las contramedidas, sino que también tienen otras redundancias de focalización de las que carecen los sistemas simplificados como el GLSDB y el JDAM-ER. Por ejemplo, sistemas más sofisticados como los misiles de crucero (Storm Shadow, Kh-101, etc.) o incluso algunos misiles balísticos como los recientemente utilizados ROCKS (Sparrow) de Israel o el Iskander ruso tienen guía optoeléctrica terminal en forma de DSMAC (correlador de área coincidente) que les permite ver el objetivo con una cámara y compararlo con una imagen preprogramada del mismo para corregir el rumbo. Eso significa que incluso si el GPS está bloqueado, aún podrían alcanzar el objetivo con precisión mediante lo que es efectivamente un modo de guía visual de inteligencia artificial. Pero estos sistemas son extremadamente sofisticados y costosos; el objetivo del GLSDB fue ser anunciado como una alternativa barata, utilizando viejas reservas de bombas SDB súper baratas instaladas en propulsores HIMARS.
Gracias a Boeing, gran parte de las armas mágicas que se han dado a los ucranianos, a cambio de la vida de sus hombres, son una mierda y Ucrania va a perder la guerra en la que les han metido.
Aparte, los espías chinos han demostrado capacidad para penetrar en Boeing y robar sus secretos, pero eso es fácil: solo hace falta enviar chinas jóvenes dispuestas a aceptar una copa de los tarados que trabajan allí. La buena noticia para EEUU es que existe Elon Musk, y su SpaceX se ha quedado con muchos de los contratos espaciales de Boeing porque, si no, literalmente EEUU ya no tendría forma de enviar cápsulas al espacio, lo que ocurrió hace unos años durante un tiempo en que tenían que alquilar asientos en las cápsulas rusas Soyuz, hasta que SpaceX creó la cápsula Dragon que es esencialmente la única estadounidense que funciona. El tema costó una pasta pero, como luego la han robado, el universo se ha equilibrado de aquella manera. Mientras, Boeing continúa extrayendo paletas de millones del gobierno estadounidense por construir un cohete y cápsula estilos 1970 que nadie necesita. Respect!
(Si quieren saber cómo funcionan lo que los ladrones que han estafado a la NASA y al electorado durante años llaman “cost-plus contracts”, en los que los costes del contrato son infinitamente revisables hacia arriba, éste es un buen lugar para empezar. Mucha gente se ha pagado yates y terceras residencias en la playa gracias a esta excelente invención:
Musk también ahorró dinero al cuestionar los requisitos. Cuando preguntó a su equipo por qué costaría 2 millones de dólares construir un par de grúas para levantar el Falcon 9, le mostraron todas las normas de seguridad impuestas por la Fuerza Aérea. La mayoría estaban obsoletas y Mosdell pudo convencer a los militares para que las revisaran. Las grúas terminaron costando 300.000 dólares.
Décadas de contratos de costos adicionales habían dejado la industria aeroespacial floja. Una válvula en un cohete costaría treinta veces más que una válvula similar en un automóvil, por lo que Musk presionó constantemente a su equipo para que obtuviera componentes de empresas no aeroespaciales. Los pestillos utilizados por la NASA en la Estación Espacial cuestan 1.500 dólares cada uno. Un ingeniero de SpaceX pudo modificar un pestillo utilizado en un baño y crear un mecanismo de bloqueo que costó 30 dólares. Cuando un ingeniero llegó al cubículo de Musk y le dijo que el sistema de refrigeración por aire para el compartimiento de carga útil del Falcon 9 costaría más de 3 millones de dólares, le gritó a Gwynne Shotwell en su cubículo adyacente para preguntarle cuánto cuesta un sistema de aire acondicionado en una casa. Alrededor de 6.000 dólares, dijo. Entonces, el equipo de SpaceX compró algunas unidades de aire acondicionado comerciales y modificó sus bombas para que pudieran funcionar encima del cohete.
Cuando Mosdell trabajó para Lockheed y Boeing, reconstruyó un complejo de plataforma de lanzamiento en Cape para el cohete Delta IV. Uno similar que construyó para el Falcon 9 costó una décima parte.)
Ya escribí sobre Boeing, al discutir si merece la pena comprar acciones de empresas inevitablemente corruptas. Yo creo que cada uno debería tomar sus propias decisiones al respecto, pero es importante que la gente sepa donde se mete: hay muchos analistas de bolsa y financieros que te van a contar cómo es el PER de Boeing, y su apalancamiento, y sus perspectivas de negocios, y no te van a contar que Boeing es famosa por sisar al gobierno estadounidense sistemáticamente. Creo que esto es algo que debería saber cualquiera que vaya a invertir en una empresa, aunque solo sea por tener toda la información relevante en sus manos.
Cifras espeluznantes sobre la era de los trabajos precarios
Sarah Green Carmichael, columnista de Bloomberg News, nos ofrece cifras terroríficas ilustrando cómo los despidos colectivos se han convertido en algo rutinario incluso en las empresas más rentables de EEUU.
Es importante entender que los despidos masivos no existieron hasta hace relativamente poco tiempo, ni en España ni en EEUU ni en ningún sitio. La idea de que una forma excelente de aumentar la rentabilidad de la empresa es despedir a unos cuantos miles de empleados cada cierto tiempo fue de Jack Welch, el saco de mierda despiadado ejecutivo que se convirtió en consejero delegado de General Electric en 1981, e inventó también el concepto de que un gestor puede ganar no millones, ni cientos de millones, sino miles de millones a base de exprimir, humillar y aplastar a los empleados de a pie.
En los tiempos de mis padres y mis abuelos, no les preocupaba que les dijeran que hicieran las maletas por email. Entonces, si una empresa recortaba su personal, era una señal de que la empresa estaba en grave peligro. Pero hoy en día, la reducción periódica de personal es una práctica de gestión tan rutinaria como reponer de papel una impresora.
Consideremos que en 1979, dice Sarah, menos del 5% de las empresas del índice Fortune 100 anunciaron despidos. En 1994, esa cifra era casi el 45%. Un 58% de las empresas anunciaron despidos en 2023, incluidas Citigroup, Goldman Sachs y los gigantes tecnológicos Meta, Microsoft y Alphabet. Y otro 5% ya anunció recortes de empleo solo en el primer mes de 2024: las acciones de Estée Lauder subieron hasta un 19% ante la noticia de que la empresa rebajaría su personal en 3.000 puestos. Las de Tesla también acaban de recibir con euforia una serie de recortes aún mayores.
"La ubicuidad de los despidos ha convencido a una generación de gerentes de que no hay otra forma de hacer negocios", escribe Sarah. Aunque eso no es cierto, añade: “Los despidos regulares son un ejemplo perfecto de una práctica empresarial generalizada pero profundamente corrosiva. Dañan a las personas, las empresas y la sociedad”.
A pesar de que las grandes tecnológicas parecen más saludables que nunca, habiendo ganado 3,5 billones de dólares (con B) en valor de mercado sólo en el último año, todavía están decididas a perder algo de peso extra, y pasar esos ahorros a los ya increíbles, mastodónticos paquetes de compensación de su alta directiva.
Sarah dice que hay un coste claro para las organizaciones que despiden a personas con regularidad. "Los gerentes se vuelven menos interesados en el difícil trabajo de contratar, entrenar y dar retroalimentación; simplemente traen a un montón de panolis nuevos y dejen que Recursos Humanos elimine a cualquiera que no funcione".
La propia economía se vuelve insensible a esta práctica, lo que lleva a una disminución de la confianza entre quienes buscan empleo y las empresas, porque saben que tu querida entidad te puede dejar en la calle mañana, sin pestañear, sin que hayas hecho nada malo. Sabemos que no tiene que ser así, pero me temo que las admoniciones morales no van a funcionar con los paradigmas psicopáticos que gobiernan los países y las empresas occidentales.
España, líder en regalarle dinero a la gran banca
Si uno quiere criticar al gobierno español, hay tantos ángulos que elegir, que esto viene a ser como comprarse un mueble en Ikea. Por eso, a todos los que quieren criticar el impuesto a la banca les digo: no lo hagan. No lo hagan porque, para empezar, la banca tiene beneficios récord porque no pasa los altos tipos al ahorro y sí a los cobros de deuda; y, para seguir, porque todos los españoles ya les hemos regalado 74.000 millones a los bancos desde 2008, que no han devuelto.
Pobres bancos: