La bolsa española: crónica de una muerte anunciada
Las bolsa solo es para los listos, los tontos, y los que tienen que estar ahí; el gallego que aprendió sobre España viviendo en China; horrores de los mercados internacionales del alquiler
La contratación de renta variable española en las bolsas fue de 630.529 millones de euros en 2023, lo que supuso una caída de un 14,6% respecto al año previo y el importe más bajo desde el año 2004.
Aún es mucho, qué quieren que les diga, para un mercado que esencialmente no ha ganado nada en más de dos décadas, descontando el efecto de la inflación.
Todos los mercados estadounidenses han subido infinitamente más, y lo mismo ha ocurrido (aunque con diferenciales no tan espectaculares) en otras bolsas, como la japonesa, británica, etc. La pregunta que uno debe hacerse realmente es qué incentivo queda para invertir en renta variable española.
Mi hipótesis de trabajo es que la bolsa española ha sido perdiendo a muchos tipos de inversores durante los años, sobre todo a los más astutos y más extranjeros, que han visto que no hay nada que rascar en las acciones de aquí. Cuando se lanzó el euro, Madrid era considerada una de las grandes plazas bursátiles de Europa, y ahora el Wall Street Journal ni tiene corresponsal en la ciudad. Lo que ha quedado en la bolsa española es tres tipos de inversor:
El inversor institucional que ha de tener una cartera de acciones españolas por la naturaleza de su negocios (las aseguradoras, el estado, la gran empresa que quiere controlar a otras empresas, etc)
El chicharrero, inversor minorista aficionado a jugar con acciones de moda sobre las que la gente discute en Rankia y Forocoches. Sobre los riesgos del chicharreo he escrito mucho, notoriamente aquí.
El delincuente. Es decir: gente que solo apuesta a seguro usando información privilegiada. Lo que es un delito.
Lo de la delincuencia no lo digo porque se vean muchos casos de este tipo, sino justo por lo contrario. Raramente se ve un caso de abuso de información privilegiada en la bolsa española. Cuando el entonces presidente de Teléfonica, César Alierta, fue absuelto en uno de estos casos porque el delito había prescrito, después de que se dejara morir al expediente en los pasillos de los tribunales, muy poca gente se enteró en España, porque Telefónica se pasó años amenazando a los medios del país de forma chulesca y mafiosa para que no escribieran sobre el caso.
Hay muy, muy pocos casos de información privilegiada denunciados o descubiertos por el regulador de la bolsa española, la CNMV, al menos que yo sepa. Ello es prueba de la honradez inherente del español, que es tan poderosa que contagia a los extranjeros que, estando en posiciones ejecutivas o supervisoras privilegiadas, con acceso a información que podrían aprovechar para enriquecerse ilícitamente, no lo hacen.
O tal vez solo es prueba de la que la CNMV prefiere hacer la vista gorda para no buscarse problemas con la gente importante, o no tiene herramientas para pillar a la gente lista. Hay excepciones, claro, como este caso en el que el pupas Josep Borrell acabó pagando una multa relacionada con chicharreo en Abengoa en 2018, pero son tan pocas y tan difíciles de encontrar que es más razonable pensar mal para acertar.
¿Hay alguien que de verdad se pueda creer que hay tanta honradez en España? EEUU, con todos sus defectos, tiene un supervisor bursátil bastante activo en este sentido. Matt Levine, columnista célebre y ex compañero mío en Bloomberg News (creo que llegamos a intercambiar dos email, ésa fue mi interacción total con él), lleva años detallando los casos de abuso de información privilegiada (“insider trading”) más extravagantes y curiosos por aquellas orillas.
En una de sus última columnas, Levine se fija en el caso de los planes 10b5-1, que son una cosa absolutamente fascinante. Como se supone que los ejecutivos corporativos no deben negociar las acciones de su empresa cuando tienen información privilegiada, la ley de valores de Estados Unidos tiene una regla, la Regla 10b5-1(c), que dice que un ejecutivo puede establecer un plan para negociar acciones automáticamente:
La idea es que, cuando no tengas información privilegiada (por ejemplo, unos días después de que la empresa publique sus resultados, cuando todo lo que sabes es (en teoría) público), establezcas un plan que diga: "Venderé 10.000 acciones al día durante los próximos 12 meses” o lo que sea. Puedes hacer el plan mucho más complicado; puede decir cosas como “si la acción está por encima de $100 venderé 10.000 acciones por mes, si está entre $80 y $100 venderé 5.000 acciones, si está por debajo de 80 venderé 1.000 acciones”, etc; puede tener todo tipo de instrucciones detalladas para su corredor para diferentes eventualidades.
Lo que importa es que usted firma el plan, se lo entrega a su corredor y luego su corredor vende las acciones por usted sin ninguna aportación adicional. Por lo tanto, usted es libre de obtener información material no pública sobre su empresa como parte de su trabajo, y su corredor es libre de vender sus acciones para pagar la universidad de sus hijos. Regla sensata.
La gente desconfía mucho de estos planes. Por un lado, la gente a menudo duda de que los ejecutivos estén realmente “limpios” de información material no pública cuando entran en planes 10b5-1. Lo cual es bastante justo; si diriges una empresa, siempre sabes algo que el público desconoce. Mi opinión es que tiene que haber alguna forma para que los ejecutivos vendan acciones mientras permanecen empleados en sus empresas, y 10b5-1 es una forma razonable de hacerlo, pero en cualquier caso particular uno podría preguntarse si el ejecutivo estableció el plan en para deshacerse de las existencias antes de que salgan malas noticias.
Luego está, como explica Levine, el modo clásico de abusar de los planes 10b5-1:
En marzo, no tiene información no pública, pero sabe que obtendrá información no pública en mayo que se anunciará en junio. Tienes un ensayo de fármaco que producirá noticias positivas o negativas, etc.
Regístrate en un plan 10b5-1 en marzo para vender todas tus acciones a finales de mayo. A principios de mayo recibirás los resultados del ensayo del fármaco. Si son buenos, cancelas el plan 10b5-1 y conservas tus acciones. Si son malos, no haces nada y el plan 10b5-1 vende automáticamente todas tus acciones.
En junio se anuncian los resultados. Si son buenos, las acciones que conservas suben. Si son malos, las acciones que vendiste bajan.
No sé si algo así existe en España. Si alguno de mis brillantes lectores sabe algo al respecto, por favor que me escriba a aussiesta@gmail.com y me lo cuente. Gracias por adelantado.
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