La legalización de la marihuana es uno de los grandes negocios de nuestro tiempo. Hay mucho dinero que ganar ahí, dinero totalmente inmoral, y manchado con los terribles efectos sociales de la marihuana, pero dinero igualmente. Cada uno que gestione su conciencia.
Personalmente, ese dinero no me interesa, pero entiendo que a muchos otros sí: ya hay estafas en el sector de los chicharros de la marihuana, como el de Arcis (ticker ARCS), que atrajo a montones de ilusos que pensaban que había conseguido permisos para cultivar y vender. Invertia tiene un buen resumen del tema aquí. Ha habido bastantes salidas a bolsa de compañías con diversos planes para monetizar el negocio de la marihuana, sobre todo en EEUU y Canadá, y mi impresión es que al menos algunas de ellas no son mucho más fiables; pero otras se harán de oro, y tendrán rentabilidades de aúpa.
Bloomberg News, que está a la que salta, recientemente presentó a sus suscriptores una gráfica comparativa del rendimiento de las acciones de los dos países norteamericanos, lo que indica un nivel significativo de interés en el tema; de momento, las acciones canadienses de la marihuana tienen una valoración, de media, doble que las estadounidenses:
También se juntan la marihuana y el cripto, como era inevitable. Lo más curioso es quién lo hace, una compañía de Luxemburgo, cómo lo hace (un fondo de inversión vía criptotokens mas una incubadora/aceleradora de startups de marihuana) y dónde lo hace: Latinoamérica, un mercado donde la legalización de la marihuana va con retraso respecto a occidente.
De todos modos, si creen que Latinoamérica es un lugar exótico para invertir en el negocio de la marihuana, se equivocan. Las fronteras de este sector se están expandiendo mucho más rápido de lo que se imaginan, y el debate ha llegado hasta Malasia, que es un país bastante exótico, y un objetivo interesante para el lobby de la marihuana porque es de estrecha mayoría musulmana. Si triunfan en Malasia, el mundo musulmán (donde el alcohol está frecuentemente mal visto) puede abrirse al nuevo producto intoxicante.
El Straits Times, diario principal del muy anti-drogas vecino Singapur, explica que el gabinete malasio ha empezado a evaluar la aprobación de la marihuana para uso medicinal, con marcas de dólares en los ojos, como en los dibujos animados; y con apoyo del famoseo guay local, como en EEUU (las traducciones son mías):
El tema de la legalización del cannabis medicinal se ha convertido en el centro de atención después de que el popular cantante local Yasin Sulaiman, que interpreta nasyid o canciones devocionales islámicas, fuera acusado de cultivar y traficar cannabis, que dice que usa con fines médicos. Afronta la pena de muerte o cadena perpetua si es declarado culpable en virtud de las duras leyes contra las drogas de Malasia.
El ministro de Salud, Khairy Jamaluddin, se metió en el debate poco después y dijo que da la bienvenida la investigación y los estudios clínicos iniciados por la industria o el ámbito de investigación universitaria sobre el consumo de marihuana.
Una de las grandes curiosidades de todo este asunto es como empezó. Por supuesto, cuando se empezó a considerar la legalización de la marihuana en Estados Unidos, se descubrió rápido que, aunque una gran mayoría de la población estaba en contra, era posible encontrar estrechas mayorías en favor en determinados estados si el uso de la droga se circunscribía solo a casos médicos, sobre todo como analgésico, porque el costo no cura el cáncer ni el catarro.
Esto fue un gran avance hacia la legalización, pero no fue suficiente. Otro punto clave era darle el toque racial que toda buena legislación precisa en EEUU. Después de décadas de discusiones sobre posibles reparaciones por la esclavitud de los afroamericanos, el lobby de la marihuana encontró que presentar la legalización como un avance en los derechos de las minorías étnicas era clave, y encontró como hacerlo: vendiendo la increíble moto de que, créanme, dejaremos que este sector súper-rentable acabe en manos de un montón de afroamericanos sin empleo ni cualificaciones, ¡y de este modo estará usted compensando los pecados de sus antepasados esclavistas cada vez que se fume un porro!
Continúa leyendo con una prueba gratuita de 7 días
Suscríbete a Finanzas Políticas para seguir leyendo este post y obtener 7 días de acceso gratis al archivo completo de posts.