Criteria, el gobierno y la muerte de la bolsa española
La muerte de la bolsa española, segunda parte; la guerra del porno; nuevos avances en los planes de la inteligencia artificial para destruir a la humanidad
Unos días antes de que sacar la semana pasada mi artículo sobre la anunciada muerte de la comatosa bolsa española, un amable lector (compañero periodista cuyo nombre prefiere mantener en el anonimato) me envió, por cura coincidencia, sus puntos de vista sobre el efecto que las operaciones gubernamentales están teniendo en las acciones de la gran empresa. No tienen desperdicio:
Mucho se está escribiendo en los últimos meses en la prensa española sobre Criteria, el holding industrial de la Fundación La Caixa con Isidre Fainé al frente, a sus 82 años elevado ya a la categoría de tótem en el mundo financiero español. Se dice incluso que está viviendo una segunda juventud. Puede que eso tenga que ver con el idilio entre Criteria y el actual Gobierno de España, que desde hace algún tiempo están mostrando una explícita armonía.
El ejemplo paradigmático de esa simbiosis es la acción conjunta que han emprendido en Telefónica ante la ofensiva en septiembre del año pasado del capital saudí en la operadora de telecomunicaciones. Ahora, el Estado controla a través de la SEPI un 10%, la misma participación a la que aspira el holding catalán. Por cierto, aquí hay que decir que la compra del Estado de este paquete accionarial por 2.300 millones de euros no pudo ser más chapucera, al pagar 200 millones más que los árabes por idéntica participación apenas unos meses más tarde de su llegada.
Desde el Ejecutivo no dudaron en calentar el valor por el mero hecho de anunciar a los cuatro vientos, en un alarde de patriotismo, su intención de regresar al capital de la compañía décadas después de que la privatizara el Gobierno de Aznar. Había que defender la "españolidad" de Telefónica en su centenario siendo una empresa estratégica para el país, costase lo que costase. Es lo que tiene la política y la incontinencia verbal populista.
De todos modos, para parar el golpe estaba Hacienda, que disparó su gasto patrimonial sin despeinarse para sufragar esta heroicidad con denuedo y valentía, como un caballero templario ante los descreídos infieles. Total, Hacienda somos todos, así que no es para tanto. Y si hay que darle un capón con la barbilla al mismísimo BlackRock, hasta ahora el que atesora más valor en sus participaciones en el Ibex -casi 30.000 millones- pues se le da. Para eso está el famoso escudo anti-OPAs, que con la excusita de la pandemia y el desplome de las acciones de muchas de las compañías españolas por el parón económico de entonces hemos sacado un conejo de la chistera que ni el mago Juan Tamariz en sus mejores tiempos en el Un, dos, tres.
Que se lo piensen dos veces los guiris antes de venir a por lo "güeno" de España, que aquí las reglas han cambiado. Y así, como decía El Mundo hace unas semanas, "el Estado va camino de convertirse en el accionista de referencia de las compañías cotizadas españolas". Porque no solo se ha dejado un pastizal en Telefónica, sino que también está presente en otras del Ibex como Indra, con un 28%, Aena y... CaixaBank, qué casualidad. Todos los caminos conducen a Fainé, con el que, ¡mecachis!, ha tenido recientemente un traspiés en Naturgy.
En esta ocasión, la empresa emiratí Taqa no se avino a las condiciones que imponía Criteria, accionista mayoritario de la gasista con casi un 27%, con el visto bueno del Gobierno. Si iba a sacar a paseo el músculo financiero de los petrodólares para satisfacer las exigencias económicas de CVC y GIP por sendas participaciones del 20%, por lo menos que le dejaran mandar, pero, al parecer, Criteria, que también iba a apoquinar pero menos, quería que su voz se oyera más en el consejo, como si estuviera cantando aquello de "Yo soy español, español, español".
La negociación se alargó. Fuentes cercanas a las conversaciones -no hace falta pensar mucho para intuir de dónde procedían- clamaron que Javier de Jaime, máximo responsable en España de CVC, era un "corsario", aparentemente por pedir un precio demasiado alto. Con esos mimbres, Abu Dabi dijo hola y adiós, y el portazo sonó como un signo de interrogación.
Quien no pille esta referencia a una canción genial de Joaquín Sabina, la única que hace referencia al glorioso casino de Torrelodones en las afueras de Madrid, debería, para aprender, aprovechar y escucharla:
Sigue el compañero:
Mientras tanto, Criteria ha seguido construyendo su reputación de defensora de empresas españolas con una diarrea inversora que le ha posicionado en grandes compañías del Ibex consideradas estratégicas como ACS, Colonial o Puig en el marco de su plan con el que pretende seguir diversificando su cartera e incrementar el valor de sus activos a 40.000 millones en el periodo 2025-2030 frente a los 27.000 millones actuales. También busca impulsar los dividendos un 75%, de 400 millones a 700 millones.
Así que vaya pedazo de obra social van a hacer con la actividad frenética de Ángel Simón, el nuevo CEO de Criteria y mano derecha de Fainé, que lo está petando a golpe de talonario desde que llegó al puesto en enero. De paso, no dejan de colarse mensajes en los medios -no sólo en La Vanguardia, que es el altavoz oficial de Criteria- con tono cuasi-hagiográfico: "será un agente de estabilización para la economía española", "el holding inversor líder en España" gracias a sus "macroiniciativas". Gran trabajo del equipo de comunicación, sin duda.
Y, claro está, no quedará más remedio que sentarse en los asientos de algún consejo de administración que otro para completar tan enorme empresa. A lo mejor también, como en toda relación, Criteria tiene que ceder a algún tipo de presión del Gobierno, se me ocurre que con el constructor de trenes Talgo, ya que la OPA de los húngaros no gusta nada en Moncloa por sus lazos con Orban; y Criteria, desde el principio, ha sido una posible palanca para abortar esa transacción entrando de la mano de un socio industrial, pese a sus reticencias. El ministro de Transporte Puente ha viajado recientemente a República Checa y ahora Skoda ha salido a la palestra como un posible caballero blanco que se alíe con Criteria para frenar a Magyar Vagon. Pero como dice el refrán, las gallinas que entran por las que salen.
Veremos en qué acaba todo esto, pero algunos ya advierten de que la oleada de compras que está haciendo el grupo catalán podría pasarle factura. En junio, Reuters alertó de que la calificación crediticia de Criteria solo está dos escalones por encima del bono basura, lo que significa que su margen es menor a la hora de financiar operaciones, y calificó de "despilfarro" las recientes adquisiciones en compañías españolas.
En cualquier caso, esta fiebre compradora como de locura en las rebajas que le ha entrado a Criteria en los últimos meses no deja de sorprender, así como esa complicidad con el Gobierno con el que comparte objetivos comunes, como si fuera el brazo privado de la SEPI. El temor es que este tufo intervencionista del Gobierno, así como la inestimable colaboración de Fainé donde Sánchez no puede llegar acaben ahuyentando el dinero de los inversores extranjeros, que podrían ver cómo en otras partes este cerco carpetovetónico no existe.
Lo único que añadiría es que los inversores extranjeros que quedan son tan pocos, y están ya tan aturdidos, que está por verse hasta qué punto les afectará todo esto. Igual empiezan a considerarlo parte de la vida cotidiana en los mercados financieros, un poco como todos hemos acabado aceptado la hiperinflación y los colapsos financieros como el pan nuestro de cada día en Argentina.
La guerra del porno
El sector del porno es rentable. Igual no tan rentable como venderles armas a los aliados de EEUU, pero rentable igualmente. Pero no sería rentable si se le obligara a cumplir la ley del modo en que, por ejemplo, se obliga a cumplir la ley a las aseguradoras o las funerarias.
El año pasado escribí sobre cómo MindGeek, una de las mayores y más controvertidas compañías de pornografía del mundo (empresa matriz de Youporn y Pornhub, gran rival de la exitosa OnlyFans) fue adquirida por una compañía canadiense de capital privado que se llama, sin coña, en serio, Ethical Capital Partners.
La operación tenía su truco porque MindGeek estuvo al borde del colapso a fines de 2020 después de que muchas redes sociales y proveedores de Internet cortaran el acceso a Pornhub después de las denuncias de contenidos ilegales (pedofilia, vídeos tomados sin consentimiento, etc).
Los colegas de Ethical le explicaron a la prensa que las demandas judiciales recibidas, así como las críticas a MindGeek, surgieron de malentendidos sobre cómo la compañía ahora protege su contenido. Ahora son guays, dijeron, y ya no explotan sistemáticamente a menores y mujeres, y su flujo de caja no depende tanto del tamaño de las cosas que sus empleados (perdón: “creadores de la plataforma”) se metan por el ano.
Un nuevo libro sobre Pornhub da la impresión de que no, de que los de Pornhub y los de Ethical son igual de hijos de perra que han sido siempre, y seguirían vendiendo a su madre por un billete de diez euros, y probablemente lo están haciendo ahora mismo. Laila Micklewait, la autora, revela los esfuerzos de Pornhub por asegurar la monetización del abuso sexual y la violación infantil, como escribe la revista británica The Spectator (las traducciones son mías):
Mickelwait narra las investigaciones realizadas por ella y sus colegas, quienes han hablado con sobrevivientes de violaciones, moderadores y ex empleados de MindGeek. Las revelaciones, escritas en forma resumida, abundan. Cuando describe la persecución de delincuentes en un intento de hacer que rindan cuentas ante los tribunales estadounidenses, el estilo es hiperbólico, pero, claro, hay mucho de dramático en la industria del porno en línea.
Las feministas han sostenido durante mucho tiempo que la pornografía en sí misma representa un abuso hacia las mujeres, lo que a su vez ayuda a generar actitudes y comportamientos misóginos entre niños y hombres. La atención de Mickelwait se centra en las imágenes de violación y abuso infantil que logran terminar en línea sin generar ninguna sanción: ni para los violadores, ni para quienes filmaron los crímenes, ni para los sitios anfitriones (como Pornhub) ni para los consumidores de contenido ilegal.
Una cuenta canadiense de X, @EyeDeco, apuntó a Serena, quien, después de haber descubierto videos de ella misma siendo abusada cuando era adolescente menor de edad en Pornhub, se presentó ante Mickelwait. Esta cuenta publicó imágenes antiguas de Instagram de Serena en un intento de avergonzarla. Fue desenmascarada como Grace Sinclair de Montreal, operando en nombre de MindGeek.
No se trata sólo de algún que otro vídeo que muestra un acto delictivo que se cuela entre los muchos millones de vídeos alojados en dichos sitios. Pornhub es el décimo sitio web más visitado del mundo y opera a plena vista. Su contenido gratuito, que constituye la gran mayoría de los vídeos disponibles, es una cortina de humo para su contenido de pago. Albergaba innumerables imágenes de abuso infantil, violaciones y violencia sexual sádica: la colección más grande del mundo. La descripción que hace el autor de los responsables de tales crímenes (violadores, traficantes y sádicos) es aún más aterradora cuando te das cuenta de que se trata de hombres normales y corrientes.
Y Pornhub es claramente culpable. De más de 1.200 empleados, solo una persona tuvo la tarea de revisar los cientos de miles de películas marcadas por representar crímenes reales de abuso sexual infantil, violación y trata. En un momento dado, había una acumulación de 700.000 películas. INHOPE, la asociación internacional de líneas directas de Internet que pretende liderar la lucha contra el material de abuso sexual infantil en línea, ha recibido dinero de Pornhub, ignorando el conflicto de intereses y ayudando a Pornhub a presentar una imagen limpia.
Es fácil reírse de los torpes esfuerzos del gobierno español para luchar contra la preponderancia de la pornografía a través de cosas como el “pajaporte”. Pero no está mal recordar que el porno es una industria denigrante para sus productores y para sus usuarios, que además aporta cero a la economía española porque todo el valor añadido se lo quedan un puñado de desalmados extranjeros, incluyendo unos canadienses mentirosos.
Cómo van los planes de Terminator para destruir a la humanidad
Bien, todo bien. Gracias a la valiosa newsletter IA News and Tools by ConsultoresIA, me entero de que informa Reuters de que OpenAI está desarrollando tecnología para incorporar capacidades de razonamiento avanzadas a sus modelos de IA en el marco de un proyecto secreto cuyo nombre en código es "Strawberry". Entre los objetivos del proyecto está permitir que los modelos de IA de la empresa exploren Internet de forma autónoma para "planificar con antelación" tareas más complejas, según un documento interno visto por Reuters. El proyecto anteriormente se llamaba Q*, y sus demostraciones mostraron a principios de este año que podía responder “preguntas difíciles de ciencia y matemáticas”.
Buf. Reuters añade de que aún se desconoce mucho sobre Strawberry, incluido qué tan avanzado está su desarrollo y si es el mismo sistema con habilidades de "razonamiento humano" que OpenAI supuestamente demostró en una reunión de empleados el mes pasado. Cada vez que leo noticias de este tipo, me pregunto si la última oportunidad de salvarnos de la inevitable invasión de los robots fue a finales del año pasado, cuando fracasó el golpe de estado corporativo en OpenAI.
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